jueves, 5 de noviembre de 2015

....y aún así, seguimos vivos

Cuando un equipo te da en tu casa un vapuleo, en todos los sentidos, como nos dio ayer el City, por mucho líder de la liga inglesa que sea, por mucho que su presupuesto sea infinitamente superior al nuestro y por mucho que su banquillo, incluso los que que se quedan fuera de éste, serían titulares casi todos en el nuestro, es descorazonador.

Más cuando en Manchester fuimos nosotros los que le dimos un baño y perdimos de forma incompresible.

Pero esto es fútbol y aún así, seguimos vivos. Todo pasa por la próxima jornada, la penúltima. Todo pasa por ganar en Alemania. Con el empate de la Juventus y el Borussia, si ganamos en Alemania certificaremos como mínimo la tercera plaza, que te da derecho a continuar en la Europe League y, dependiendo del resultado en Turín de la Juve y el Manchester, podría darnos incluso la posibilidad de luchar por el segundo puesto, dependiendo de nosotros mismos.
Empatar en Alemania nos dejaría fuera de la Champions seguro y haría que nos lo tuviéramos que jugar todo al último partido contra la Juve para seguir en Europa y perder en Alemania nos pondría muy difícil quedar terceros.

Pero independientemente de ésto, que es una realidad y que podemos pasar de ser terceros actualmente a quedar segundos o incluso cuartos, debemos de pensar por qué ayer nos vapulean de la forma que lo hicieron.

Y desde mi punto de vista, que puedo estar equivocado, hay dos culpables. El primero es Monchi y el segundo Emery.

Monchi, porque este año creo que se ha equivocado en los fichajes. A 4 de noviembre sólo Ramí y Konoplyanka están rindiendo a un buen nivel, Krohn Dehli que más o menos cumple y el resto un fracaso.

Pero no sólo son errores en los fichajes, sino de planificación. El primer error fue mantener a Unai Emery. Fue un error porque después de dos años y medio sabemos de lo que es capaz este entrenador, para lo bueno y para lo malo y después de dos títulos, poco más podíamos pedir. Debíamos haberle puesto un lazo y haberlo enviado a cualquiera de esos destinos que tanto ofrecían por él.

El segundo error es en la portería. Es inconcebible que no hayamos fichado un portero titular. Sergio Rico es un buen suplente pero no puede ser titular de un Sevilla FC de Champions. Beto, que en su momento fue un buen portero titular, por las lesiones y su baja forma, no puede ser titular de este Sevilla FC actual y además, es un mal suplente (como en su día lo era Palop), por lo que no debíamos haberlo renovado y deberíamos haber fichado un portero titular de garantías. Al no hacerlo, nos vemos con Beto nuevamente lesionado y que cuando juega no está a un buen nivel y con un Sergio Rico que no da la talla para este Sevilla FC como portero titular. Encima con tantas lesiones de Beto, acabamos con Soria de suplente. Sinceramente, un desvarío.

En el centro de la defensa y con la baja segura para casi toda la temporada de Nico Pareja y con un jugador como Carriço que también se lesiona con cierta facilidad, seguimos empeñados en mantener a Kolo como un central de la plantilla y no se trae desde el principio de la pretemporada a otro central de garantías como Ramí. Al final, tuvo que dar su brazo a torcer y traer a Andreolli, que cumplió los primeros partidos que jugó pero que no debe ser del gusto de Emery porque incomprensiblemente, viendo el nivel de Kolo, ha desaparecido del equipo titular y ayer incluso de la convocatoria.

Pero continuaron los errores. Se fichó a jugadores como Mariano, que no mejora ni a Koke ni al que se fue, Diogo. Escudero que no ha jugado nada porque ni se acerca al nivel de Tremoulinas, Nzonzi que todavía no ha demostrado no sólo el motivo de su fichaje, sino a qué juega y a dos delanteros para sustituir a Bacca y Aspas que están de momento a un nivel bastante inferior al que demostraron éstos, sobre todo el colombiano. Uno, LLorente, porque está un nivel bajísimo, aunque espero que dé más y otro, porque, como en su día le pasó a Aspas, se lo está cargando Unai.

Y luego está Unai Emery. Los que visitáis este blog o me conocéis fuera de él, sabéis que no me gusta nada, que no me gustaba cuando el equipo ganaba títulos, menos ahora que los resultados no acompañan. En estos dos años, siempre he dicho que hemos ganado dos títulos pese a Emery y no gracias a él, pero reconozco que también tiene cosas buenas.

El caso es que este entrenador que siempre ha sido un buen gestor de grupo y planteador de partidos, pero malo en la gestión individual de determinados jugadores y malo en la gestión de los partidos, está en los últimos tiempos rematadamente mal.

Ya en Valencia lo llamaban burro, y hasta cierto punto, y salvo por lo del insulto, estoy de acuerdo con ellos.

El buen hombre está empeñado en la colocación de Kolo como central, no sé si por obstinación u obligado por el que lo trajo. Pero a todas luces Kolo es un coladero, flojito en el marcaje y malo en la colocación. Por lo tanto entiendo menos que teniendo en el banquillo a Andreolli, que cuando jugó lo hizo bien, esté jugando el francés.

No entiendo por qué su obstinación en jugar con el triplete Krychowiak, Iborra, Banega, alternando los dos últimos su posición según se defienda o se ataque. Lo único que consigue es reventar a los tres. Al polaco porque quedan muchos huecos y las otros dos porque se llevan todo el partido corriendo como pollos sin cabeza de arriba a abajo para colocarse.

No entiendo qué pasa con Reyes, por qué ha desaparecido totalmente del equipo. No entiendo qué pasó en su día con Aspas. No entiendo el cambio de Mariano por Koke en los últimos partidos, vaya como vaya el resultado.

Son tantas cosas las que hace mal que es imposible. Empiezo a temer que esté haciendo un Juande Ramos, es decir, hacer las cosas mal a ver si lo cesamos y se lleva el finiquito, a parte de iniciar una nueva andadura en otro equipo.

Y aun así, pese a la mala planificación y ejecución de la configuración de la plantilla, pese al entrenador y también a la mala suerte en momentos puntuales, seguimos vivos y a poco que se den en la próxima jornada dos resultados relativamente normales, dependeremos de nosotros mismos para el último partido.

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